De la Ley a la práctica: El viaje de la Base de Datos Nacional de Subvenciones hacia la apertura de datos

Con motivo de la convocatoria del Premio ASEDIE 2025, desde ASEDIE entrevistamos a los ganadores de las dos categorías 2024 para conocer cómo han evolucionado los proyectos premiados, sus avances y logros, a lo largo de los últimos meses.

Sistema Nacional de Publicidad de Subvenciones y Ayudas Públicas fue galardonado con  el Premio ASEDIE Impulsando la Economía del Dato 2024. Desde ASEDIE hemos hablado con Pablo Lanza Suárez, Vocal Asesor, Base de Datos Nacional de Subvenciones (IGAE), sobre la BDNS, la transparencia, la estrategia de apertura de datos, la reutilización, y mucho más.

¿Qué motivó la decisión de poner a disposición pública una API para la Base de Datos Nacional de Subvenciones?

El motivo fue cumplir con el mandato legal establecido por la Ley de Transparencia de 2013 para ofrecer a los ciudadanos información sobre el destino final de los fondos públicos dedicados a subvenciones y ayudas, que son financiadas por esos mismos ciudadanos a través de impuestos y deuda pública.

Hagamos un poco de historia.  El 1 de enero de 2016, “salimos al aire” con la nueva BDNS 2016, producto de todos los cambios legislativos acaecidos en los años 2013 y 2014 (Ley de Transparencia, Ley de Racionalización, Reglamentos Europeos de Ayudas de Estado, etc.). Una de las características rupturistas de la nueva BDNS fue que una parte significativa de la información contenida en el sistema debía ponerse a disposición del público en un sitio web de acceso libre y ser descargable en formatos estándar. Esto supuso un giro copernicano en el concepto de BDNS, ya que una parte de ella se hacía pública en un portal de acceso libre (hasta ese día, por Ley, era información reservada).

Desde el primer día cumplimos ese mandato, si bien de una manera subóptima, ya que la tecnología de la que disponíamos en aquel momento no nos permitió acompañar el sitio web con una API. Los años siguientes trajeron otras prioridades en los desarrollos debido a exigencias de las normas europeas y españolas y a alguna sentencia del Tribunal Constitucional, que nos obligaron a centrarnos en el cumplimiento de esos mandatos y a dejar la evolución del portal en un segundo plano.

Así que no fue hasta otoño de 2020, en plena crisis del virus, cuando pusimos en producción una primera versión de la API que satisfacía las necesidades que algunos reutilizadores de información nos habían manifestado, aunque con limitaciones.

En 2023 emprendimos un rediseño completo del sitio web, que finalizó aquel otoño. Lo relevante es que el nuevo diseño se basó en una arquitectura “APIcéntrica”. Es decir, la API es el núcleo del sistema y todo lo que se presenta en el sitio web se hace a través de ella, y a través de la API se puede acceder y descargar todo lo que se presenta en el sitio web. Esto supuso un salto cuántico en nuestra capacidad para ofrecer datos a los ciudadanos y reutilizadores.

En el equipo de la BDNS, y en consonancia con nuestros superiores, creemos firmemente que la transparencia es la herramienta más eficaz para el control financiero público (nuestro negocio, el de la IGAE), por lo que, cuanto mejor se alcancen las metas de transparencia, mejor se alcanzarán los objetivos del control interno. Hay que ser conscientes de que estamos hablando de más de ochenta mil millones de euros en ayudas concedidas en el año 2024 (por citar solo el último año completo), a los que damos la transparencia debida y cabal a través del portal.

¿Conocen qué tipo de entidades o perfiles están utilizando más la API y con qué fines?

Al ser un acceso libre e irrestricto y no estar autenticado, no hacemos un seguimiento continuo. Solo tenemos feedback cuando se dirigen a nosotros para resolver alguna duda.

Lógicamente, detectamos los medios de comunicación que consultan el portal y elaboran noticias sobre las ayudas concedidas, ya que vemos las noticias que generan con nuestra información (nos citen o no). En los últimos años, no hay semana en la que no aparezca una noticia originada en nuestro sistema.

Aun así, sabemos de empresas infomediarias, de análisis financiero, instituciones académicas y de investigación, la propia Comisión Europea, etc. Estos últimos han tenido problemas para acceder a nuestro Swagger desde el extranjero (no hemos conseguido entender la razón) pero consultan y descargan los datos para sus análisis de efectos de las ayudas en la competencia.

¿Desde su perspectiva, cuáles creen que son los beneficios más importantes que aporta esta API para la reutilización de datos en el sector económico?

 Las normas españolas y europeas establecen que la API es la solución deseable para compartir datos con alta frecuencia de actualización.

Así, la API de la BDNS abre la posibilidad de automatizar las descargas de datos, y por lo tanto el tratamiento y generación casi instantánea de los agregados o las selecciones de datos relevantes para el “negocio” de quien los descarga. La automatización y la inmediatez implican reducción de costes y generación de valor. En otras palabras, productividad económica que impacta de manera directa en el bienestar social.

También el propio sector público obtiene beneficios del acceso a esta información, porque no todos los organismos públicos tienen acceso a la BDNS “reservada” (solo los gestores de ayudas y los órganos de control). De este modo cualquier oficina pública puede reutilizar la información disponible para sus propios fines. El sector público también se beneficia de la economía del dato.

¿A qué desafíos se enfrentaron para abrir estos datos de forma estructurada y segura?

No encontramos resistencias reales, pero sí que hemos tenido que hacer pedagogía en varias ocasiones (a veces paciente pedagogía). Nuestra casa, la IGAE, es un oficio interno de la Administración del Estado, con lo que históricamente no ha compartido ni difundido información al público, más allá de los agregados contables a los que obligan las leyes. Además, las relaciones de intercambio de datos automáticas de la IGAE han estado desde hace décadas constreñidas al mundo de la AGE.

Con la BDNS, pasamos de manejar información “reservada” a información que debemos difundir públicamente, y rompemos ese círculo de la AGE pasando a relacionarnos con más de 8 000 organismos e instituciones de todas las administraciones públicas, incluida la Comisión Europea. Esto exige un cambio de mentalidad importante, que en ocasiones ha llevado años entender.

También hemos tenido que hacer pedagogía respecto al impacto de la regulación de protección de datos personales en la BDNS, donde algunas personas han visto, desde una óptica maximalista (y a mi humilde juicio, errada) la necesidad de poner coto a “tanta” apertura.

Y no olvidemos el desafío que supone gestionar un calendario de mejoras y actualizaciones, casi siempre imperativas y no anticipadas, en un escenario de permanente austeridad tecnológica y con un volumen de datos significativo.

¿Han recibido algún feedback o casos de uso interesante de empresas, medios o ciudadanos?

Sí claro. Hemos recibido felicitaciones, y también peticiones para incorporar otras informaciones, que o bien no tenemos por estar fuera de nuestro ámbito o bien son “reservadas” por precepto legal.

Hemos visto los datos en medios de comunicación, en investigaciones académicas, en informaciones empresariales, etc., pero no hemos tenido ocasión de ver el proceso completo que hacen algunos de nuestros usuarios “premium” con los datos que descargan a través de la API.

También sabemos de instituciones públicas que, a pesar de tener acceso a la “BDSN reservada y no pública” prefieren acceder a través del Portal, ya que es más rápido y sencillo, y han implantado procesos administrativos de gestión y control mediante la API.

Además, desde la Dirección General de la Competencia de la Comisión Europea nos han felicitado en varias ocasiones por la facilidad con la que se accede a los datos y nos han puesto como ejemplo de buenas prácticas para los demás países de la Unión.

¿Cómo encaja esta iniciativa dentro de su estrategia de apertura de datos?

En realidad, la estrategia de apertura de datos y sus límites vienen marcados por las leyes y normas europeas a las que estamos sometidos. Dentro de este contexto, intentamos maximizar la facilidad y la comodidad en el acceso a los datos para su uso por parte de ciudadanos y empresas, en función de las capacidades tecnológicas que se ponen a nuestra disposición. Nos gusta saber que los datos de la BDNS se utilizan.

¿Hay planes para ampliar las funcionalidades de la API o facilitar nuevos formatos y visualizaciones?

Estamos trabajando en varios vectores de acción. A principios de este año 2025, pusimos a disposición del público un primer lote de applets desarrolladas para su uso con MS Excel. Cualquier persona, sin necesidad de conocer la API ni de saber programar en R, Python ni JavaScript, puede descargar toda la información que se ofrece en el portal con unas habilidades muy básicas en Excel. En otoño pondremos en funcionamiento un segundo lote de applets.

Un punto donde hemos detectado que necesitamos trabajar es en la interpretación de los datos. La epistemología subvencional es muy compleja, y hemos visto que en ocasiones los medios de comunicación hacen interpretaciones erróneas de los datos. Por eso estamos trabajando en un chatbot que oriente al ciudadano en el uso del Portal, incluida la API, y, por último, en un cuadro de mandos con presentación dinámica de agregados de datos y gráficos, que el usuario podrá personalizar por completo. Esperamos poder disponer de ambos productos en 2026.

¿Qué supone para su equipo el reconocimiento del Premio ASEDIE?

Ya la noticia de la nominación nos proporcionó una indescriptible alegría. Que alguien pensara que esto que hacemos merecía un reconocimiento, fue una muy agradable sorpresa. Y cuando nos notificaron el galardón, pues te puedes imaginar. Mucha ilusión y mucha emoción.

Para el equipo actual, y aquellos que en estos 22 años han pasado por él y hoy gozan de una merecida jubilación o están en otros destinos, significó el reconocimiento de estar en el buen camino de conseguir los objetivos que la Ley nos marca para la BDNS: Transparencia, lucha contra el fraude, mejora de la gestión pública y análisis y planificación de políticas públicas. Un espaldarazo a nuestra brega diaria. Que este reconocimiento viniera desde una organización empresarial tan relevante como ASEDIE, fue un plus.

A nivel personal, para mí, es culminar de la mejor manera posible cuarenta años de servicios al Estado.

Y a nivel institucional, este premio coincidió con la celebración del 150 aniversario de la creación de la IGAE, que es una de las instituciones administrativas más vetustas en España. La feliz coincidencia de ambas celebraciones, como puso de manifiesto nuestro Interventor General al recoger el premio, fue la mejor manera de cerrar los actos de aquel 150 aniversario.

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